Los especialista del mercado inmobiliario ven un crecimiento exponencial en toda la localidad mientras se asienta como un lugar para vivir durante todo el año.
Punta del Este es uno de los grandes atractivos del momento si de inversiones inmobiliarias se trata. Impulsados por el teletrabajo y los beneficios fiscales que ofrece el país, muchos argentinos se vieron atraídos a desembolsar sus ahorros del otro lado del charco. “Aproximadamente de cada 100 personas que ingresan en Punta del Este fuera del mercado uruguayo, el 70% son argentinos y el resto suelen ser de otros países limítrofes. Argentina tiene una cantidad importante de pasos fronterizos y eso vincula el interior del país con el acceso directo a Uruguay”, observa Mario Seresevsky, desarrollador de Azure Ocean Reserve, un complejo en la parada 40 de La Mansa. Refuerza la idea de esta tendencia migratoria al decir que “de cada 100 personas que alquilan durante el año, hay entre 40 y 45 personas que terminan comprando al final de primer año”.
La gran demanda se vio acompañada por el crecimiento de la ciudad, que de a poco se transformó en un lugar para habitar durante todo el año: “En los últimos años, Punta del Este dejó de ser un balneario para convertirse en una ciudad con vida propia, infraestructura, cada vez más colegios privados, sanatorios con capacidades importantes, por lo que se convirtió en la segunda capital de Uruguay”, afirma Andrés Jafif, director de Santos Dumont Inmobiliaria y ex alcalde de Punta del Este. La ciudad que era una zona de casas quinta después de 45 años de su inauguración se encuentra reversionada con “una cantidad muy impactante de obras en movimiento”, según Andrés Kalwill, director del Grupo Alvear.
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